¿Qué enseñanza nos deja la oración de Jabes en 1 Crónicas 4:10?
La oración es un gran privilegio que Dios, por su gracia, concede a Sus hijos, permitiéndonos expresar nuestra sumisión a Su voluntad para nuestras vidas. Para tal fin, debemos aprender a orar con humildad, dependencia y expectación de las bendiciones que Jabes manifestó. Jabes significa «doloroso» o «hacedor de tristeza» en hebreo, ya que su madre lo alumbró con mucho dolor. Es probable que haya sido un descendiente de los ceneos y que luego fue incorporado a la tribu de Judá, por lo tanto, no pertenecía al pueblo de Dios. Fue un hombre ilustre y temeroso de Dios.
La oración de Jabes contiene una petición urgente de cuatro cosas:
- La bendición de Dios: Jabes conoce que el Dios de Israel es la fuente de toda bendición, y le pide a Dios su gracia. Sin duda, esta petición se basaba, al menos en parte, en la promesa de Dios de la bendición para Abraham y sus descendientes (Génesis 22:17).
- Una extensión del territorio: Jabes ora por la victoria y prosperidad en todos sus esfuerzos y que su vida sea marcada por la multiplicación.
- La presencia de la mano de Dios: En otras palabras, Jabes pide que la dirección de Dios y Su fuerza sean evidentes en su existencia cotidiana.
- Protección contra el daño: Jesús enseñó a Sus discípulos a orar de esta manera: “Padre Nuestro que estás en los cielos . . . líbranos del mal” (Mateo 6:9, 13). Jabes ve a Dios con confianza como su defensor.
El objetivo de Jabes en su oración era vivir libre de dolor, y lo último que hemos leído sobre él es que Dios escuchó y respondió a su oración. Como la humilde oración de Salomón por sabiduría (1 Reyes 3:5-14), esta oración devota de Jabes para bendición fue contestada. El éxito que disfrutó Jabes compensó el dolor de su comienzo. La oración de Jabes superó el nombre de Jabes.
La oración de Jabes es un buen ejemplo de cómo debemos hacer de la oración una prioridad en nuestras vidas. Siempre debemos buscar la ayuda de Dios en tiempos de necesidad, y podemos llevar nuestras peticiones directamente al trono de la gracia (Hebreos 4:16). Junto con las oraciones de Ana, Jonás, Ezequías, Pablo y, por supuesto, la oración modelo de nuestro Señor (Mateo 6:9-13), la oración de Jabes proporciona un maravilloso ejemplo de un hijo de Dios que se acerca a la Majestad en lo Alto con humildad, fe y confianza en la bondad de Dios.
Pastora Wanda Martínez, Mañana de Desafíos